1. Esta tarde en medio del verano que declina
los diablos se aferran a mi cuerpo
para atarme con correas de agujas.
Me doblegan a su antojo, me postran.
Abren sus capas inflamadas por el viento
y me envuelven en sus pliegues turbulentos.
Percibo
el daño de los días. La fatiga del tiempo
A pesar de todo…,
es posible que sean diablos nobles:
Me envuelven en notas de nostalgia
me cantan canciones que no entiendo
me hacen llorar entre las sábanas
me martirizan todo el cuerpo
me producen dolor…Siento…un cuerpo fatigado.
Es el alma saliendo del tormento
.
No quiero invocar a los dioses de la infancia.
Seguro
que pululan ya sin halo.
Al fin he comprendido que ellos mandan
y quitan y ponen a su antojo, la magia,
la tristeza y la alegría en los humanos.
Cristal de los recuerdos.
Amalgama de tristeza y de nostalgia
punzadas de silencio.
El verano se esconde entre el manzano y el cerezo.
Las hojas lloran y ocultan la luz de la tarde
bajo un verde macilento.
Una capa de silencio cubre la puerta que se cierra.
Quito la tranca de atrás,
quiero sentir el rumor del tiempo.
Tal vez pase algún carruaje
o cruce la gente riendo.
El bulevar está apagado:
escaparates vacíos
baldosas sin pasos
ventanas de cristales negros
candiles danzando por la noche.
Un árbol solitario esperando a que el rayo de la luna lo acaricie con su aliento.
El frío comienza su paseo.
2. Un candil de fuego de amapolas atrapa la memoria.
Blanco vacío de la vida. Lo que está por empezar.
Rostros amarillos en un recinto árido.
Cruje rumor de hojas bajo pasos inclementes.
Desagües atascados.
Fangales
por donde los cuervos esparcen su tarjeta de visita.
Tinta de seda negra, plumas de caridad.
Todo se va:
El arroyo se seca
el río quiere abrazar el mar
el océano lo traga todo… La luna…
La luna llora
lágrimas blancas de mar.
3. Veneno envuelto entre sedas.
Collares de dudas abrochados con lamentos.
En la calle sopla viento sibilino.
Una ráfaga se filtra por el resquicio del sueño.
Anécdota en un catálogo
que mueve un mágico péndulo.
Pentagrama de corcheas
pone música a una página.
Me abrazas en la ribera mientras me acaricia el agua
siento volar las palabras… Te veo bajo la niebla.
El crepúsculo sin ánimo.
4. Sobre la esfera del tiempo el reloj marca horas diferentes:
Niños sentados en cestos con alas.
Resplandor de ballenas que bordan de plata el agua.
Un hombre martirizado—sus zapatos han perdido la pisada—
Las hojas del calendario son balas.
Mujeres entre las nubes—son el algodón del alma—.
La lengua de la serpiente en un cuchillo de plata.
5. Esperanza que flota en la colina cuando la oscuridad quema las flores.
Entre la niebla violeta
pululan cabezas, rostros dibujados con lápices de dolor
que quieren atrapar la vida,
igual que los amantes cuando se sumergen en los pantanos del amor.
Espinas plateadas en salas oscuras.
Campos cuajados de espigas vacías
que contemplan el mundo con ojos secos
bajo cielos rotos.
Palabras tiradas por el suelo huyendo del recuerdo.
Nudos pegados en la memoria cansada de silencio.
Vergüenza de paño negro.
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