colinas azules

lunes, 11 de abril de 2011

Rosario de manzanas

El fuego está encendido
y hierve el agua en la olla del olvido
sobre
un trípode de hierro y de nostalgia.

La casa destartalada.

El hombre solitario
mastica un canto de tristeza,
tal vez una plegaria.
Un rosario de cuentas de manzanas
colgado en el cabecero de la cama.

Los sueños se suceden en la noche.
Hay niños que inventan palabras
para contar los secretos de sus días
y construir el mundo de la magia.

La magia está en la infancia.

Estrellas que penden de ojos luminosos
en noches de misterio enredadas en la almohada.

Manos
abiertas
              para dar y recibir
y acariciar en la distancia.

Oídos despiertos
a músicas templadas.

Bocas rasas de asombro
ante el mundo y la mañana.

Los niños son la huella
del hombre que solloza frente al fuego de la nada.


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