A los cincuenta y tres años de mi vida
comienzo a caminar de otra manera:
el paso tardo y la esperanza fuera,
como un arado uncido a su mancera.
A los cincuenta y tres años de mi vida
el soneto es distinto,las vocales
más anchas, los apóstrofos iguales
los naufragios más originales.
He vivido volcándome en los días
y ascendiendo las noches destrozadas,
entre cristales rotos y alegrías.
Viviré con los ojos bien abiertos
entre golpes de olas y de azadas.
Como escuchan los hombres. Como miran los muertos.
2 comentarios:
Viviré con los ojos bien abiertos
entre golpes de olas y de azadas.
Como escuchan los hombres. Como miran los muertos.
Gracias! Suficiente para empezar a leerlo.
:+
Gracias Rab, realmente Blas de Otero sigue siendo magnífico a pesar de la distancia, las cenizas y el humo que lleva por el aire el fuego convertido e nada.
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