LA DAMA DEL LAGO
Como la felicidad es etérea, ocurrió que una ráfaga caprichosa que disponía de la naturaleza a su antojo, llevó parte las aguas del estanque de la eterna Juventud dos kilómetros al norte, y volviéndolas gélidas, las colocó entre sauces tenebrosos donde instaló la morada de La Dama del Lago..., que desde entonces abandonó su recinto querido para vagar entre la vegetación virtual situada a escasos metros de un cielo plomizo que rara vez deja pasar el sol.
El estanque cuajado de peces ,que se alimentan de estrellas y rayos de luna, permanece oxidado en el jardín de un largo invierno...
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