colinas azules

miércoles, 22 de septiembre de 2010

la sombra de la llama

Algunas veces me cansa este vagar silencioso por las sombras el pasado removiendo el rescoldo para perpetuar una llama que ya no tiene sentido. Pero, si consigo mantenerla, tal vez Sebastián se dé cuenta de su importancia. Es joven, todavía no ha vivido lo suficiente para saber que el hilo que nos une al pasado, jamás se romperá. Aún está atado al nudo de la juventud igual que más adelante lo estará al del amor al del trabajo y a tantos otros que frenan el devanar de la madeja que viene rodando desde siempre. Cuando se suelten los nudos y el hilo circule, al igual que fluye el río, se dará cuenta. Espero que no sea demasiado tarde cuando entienda que el hilo de cada uno es ese único cabo que nos mantiene atados al ovillo de los que verdaderamente nos han querido, a ese rollo consistente mullido y blando que representa el origen, y aunque otras hebras se enreden con la nuestra a lo largo del camino, al final se deshacen y sólo permanece el hilo solitario que cada vez siente con más fuerza su unión la ovillo. Lo mismo que la tierra.

La sombra de la Llama 2009. fotografía Jesús G. Bernal   "montaña central de Asturias”

http://xuliocs.com/Esquisa/dorlasombrll.htm

2 comentarios:

Pepe del Montgó dijo...

Había entrado en tu blog varias veces y hoy, es la ocasión por la coincidencia del "hilo", añado un comentario. Me ha gustado mucho tu reflexión ante la juventud de Sebastián y te entiendo porque yo ya no soy joven. Para más suerte me encuentro con esas campanillas. No se si sabrás que lo mío realmente es la botánica. Me gustaría añadir tu blog a mis links y espero que me des tu permiso. Saludos

dorita dijo...

Muchas gracias por tu comentario. Pepe.Sinceramente creo que estas reflexiones y algunas otras, solamente se pueden hacer desde los años, desde ese sentimiento que nace cada día que pasa, y nos va enredando en la trama de la vida.
Pienso que la botánica debe ser apasionante, yo cultivo la tierra--a pequeñísima escala-- y la satisfacción que dá el nacimiento de una planta, el primer pétalo de una rosa o la fragancia de un clavel, es algo que no tiene precio.
Por supuesto que me encantrá seguir compartiendo comentarios. Saludos